lunes, 14 de noviembre de 2016
HOJALDRE RELLENO DE MANZANA Y QUESO CHEDDAR
Esta es una de esas recetas que llegan a reconciliarte con un ingrediente y hace que lo adores cuando antes poco menos que lo rechazabas. No me estoy refiriendo a la manzana, no, sino al queso cheddar y eso es muy raro en mí, porque me encantan casi todos los quesos. De hecho, el ratón que habita en mí se pone muy, pero que muy contento cada vez que visita la sección dedicada a los quesos de cualquier charcutería y se pone muy, pero que muy nervioso si no hay un par de trozos de queso en casa. De hecho, cuando llego a casa por el mediodía lo primero que hago es sacar el queso de turno de la nevera y atacarlo mientras preparo la comida. Pero este queso nunca me ha hecho demasiada ilusión. Ni siquiera sabía de su existencia hasta que llegué a Irlanda (hace ya muchos años) y lo probé. No me entusiasmó y ahí quedó la cosa ... hasta que encontré esta receta.
Fue verla en el libro Wintersweet y dudar si hacerla con cheddar o con otra variedad de queso. Al final me decidí por respetar la receta original y me alegré mucho. Seguro que el hojaldre ayuda a que desde ahora mire al queso cheddar con otros ojos y quiera repetir esta receta muchas veces. Así que bienvenido Mr. Cheddar!
Ingredientes:
una plancha de hojaldre de 20x20 cm
2 manzanas medianas
50 ml de agua
50 gr de azúcar
nuez moscada
60 gr de queso cheddar rallado
1 huevo batido
Esta receta es taaaaaan fácil de hacer, se tarda tan poco y es tan agradecida que se merece una oportunidad.
Necesitamos pelar las manzanas y cortarlas en trozos pequeños que pondremos en una cazuela con el agua y el azúcar. Dejaremos que cuezan tapadas durante unos 3 minutos y destapadas hasta que la fruta esté blanda y no quede nada de líquido. Tenemos que dejar que se enfríe esta especie de compota que hemos hecho así que la puedes preparar con antelación y dejar en la nevera.
Sacamos la plancha de hojaldre de la nevera y lo cortamos de las dimensiones que necesitemos. Yo pensé hacer varios paquetes pequeños pero luego me decanté por hacer dos piezas. Una vez cortemos el hojaldre, cubrimos una de las planchas con una generosa capa de queso cheddar rallado, una capa de manzana y queso de nuevo. Cubrimos con otra plancha de hojaldre y hacemos algunas aberturas para que salga el vapor que se pueda generar. Sellamos los bordes con la ayuda de un tenedor, por ejemplo, y pintamos con huevo batido.
Espolvoreamos con un poco de azúcar y metemos al horno durante unos 18 minutos o hasta que el hojaldre esté dorado.
Creo que hay muy poca gente a la que no le guste el hojaldre, es un salvavidas de la cocina y no sé si su inventor tiene un monumento, y especialmente el hojaldre recién salido del horno. Si a eso le añadimos manzana caliente y queso casi fundido... Es una maravilla, de verdad.
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via cookspoon
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