Da gusto ir al mercado en primavera. Los puestos de frutas y verduras se visten con colores vibrantes, potentes y alegres que le suben el ánimo a una con solo echar un vistazo y pensar en el botín que se va a llevar a casa. Porque sieeeeeeempre vuelvo cargada. Las fresas tienen su sitio fijo en mi bolsa y rara es la semana en la que no se viene una caja a casa. Luego llegan las dudas sobre qué hacer con ellas porque se estropean con mucha facilidad así que aparte de tomarlas con zumo de naranja, con los cereales por la mañana, en batidos e ir a derechas a deliciosas mermeladas hay que pensar en otras formas de llevarlas a la mesa y no aburrir al personal.
Siento debilidad por los crumbles, la fruta templada con algo crujiente como galletas o cereales me encanta. Por eso, este postre se ha convertido en uno de mis favoritos de momento... hasta que lleguen las cerezas, mi amor secreto. Además es muy fácil de preparar.
Ingredientes:
400 gr de fresas lavadas y cortadas en trozos
15 gr de mantequilla
2 cucharadas de azúcar moreno
1/2 copa de Grand Marnier
helado de vainilla
2 shortbreads
Cronometra. Creo que como mucho tardaremos 10 minutos. ¿Lista? Vamos.
Llevamos al fuego una sartén en la que derretiremos la mantequilla. Añadimos el azúcar y dejamos que se haga caramelo. Entonces incorporamos las fresas y removemos con cuidado. Queremos que se impregnen del caramelo pero no queremos romperlas.
Vertemos la copa de Grand Marnier y flambeamos con cuidado de no quemarnos. Una vez se haya consumido el alcohol, las servimos en el plato o bol que vayamos a llevar a la mesa.
Añadimos una bola de helado de vainilla y espolvoreamos por encima las galletas desmenuzadas.
Ya está. ¿Cuánto hemos tardado?
Fuente: Adaptación de Simply Italian.
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via cookspoon
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