lunes, 22 de febrero de 2016

Costillas laqueadas


Estos días atrás he estado en Asturias visitando a la familia y como siempre mi madre tenía preparado todo tipo de platos que sabe que me gustan y mi padre ya tenía una lista de sitios que llevarme para recordar mi infancia y niñez. Uno de esos sitios sin duda alguna era Parrilla Muño, en Gijón. Era, y sigue siendo, uno de esos sitios donde mis padres nos llevaban cuando había que celebrar algo y mis hermanos y yo nos poníamos hasta el culo (¿se puede decir culo en un blog?... ) de las costillas tan buenas que tenían con su riquísima salsa chumichurri casera.


Al final mi madre hizo tantos platos en casa (todos más buenos que cualquiera que vaya hacer yo en mi vida) que nos fue imposible ir a visitar la parrilla de mis recuerdos, así que me quedé con cierta gula de costillas y después de unos días de bondad, decidí darme el gustazo y hacer mis propias costillas en casa, un poco diferentes pero que me quitaron el mono y me retornaron a mi juventud... sólo me falto ponerme a tirar migas de pan a mi hermano, pero eso ya puedo hacerlo cualquier otro día.

- INGREDIENTES:  

   4 costillas grandes 
   3 patatas medianas
   1 ramillete de cilantro fresco
   1 boniato
   1 cucharilla de jengibre en polvo
   3 cucharadas de ketchup
   2 cucharadas de miel
   1 cucharada de salsa de soja
   3 cucharadas de zumo de naranja
   1 cucharada de mostaza
   Aceite, sal y pimienta

- ELABORACIÓN: 

Encendemos el horno a 200º C.

-Salamos las costillas por ambos lados y las frotamos con el jengibre en polvo y un poco de pimienta. Ponemos encima el cilantro fresco y le añadimos un poco de aceite de oliva. Las envolvemos bien sin que quede nada de carne a la vista.

Envolvemos las patatas y el boniato en papel de aluminio, de forma independiente.

Metemos todo en el horno durante hora y media.

Mientras vamos haciendo la salsa con la que vamos a laquear las costillas.

Mezclamos el ketchup con la miel, la sola, el zumo de naranja y la mostaza. Salpimentamos un poco y mezclamos todo bien.

Pasada la hora y media sacamos todo de su envoltorio y lo pasamos a una fuente de horno. Cortamos las patatas y el boniato por la mitad y las salpimentamos. Con una brocha pintamos bien por toda la superficie de las costillas con la salsa que habíamos preparado. Regamos con un chorrito generoso de aceite de oliva.

Metemos en el horno durante quince minutos más, con calor arriba y abajo. A mitad de tiempo abrimos el horno y volvemos a pintar las costillas con la salsa. Dejamos otros siete u ocho minutos hasta que estén bien doradas.

Sacamos del horno, cortamos y dejamos reposar cinco minutos antes de servir.

- MARIDAJE: 

Para este plato lleno de sabor, escogimos un tinto crianza elaborado con uva Garnacha y de la zona de Montsant. La garnahca por sus toques golosos combinó perfectamente con estos sabores.

- COSTE: barato.
- DIFICULTAD: fácil.
- TIEMPO: 1 hora y media.   
- CALÓRICO: un plato para un día especial. 


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